LOS LAKERS, LEBRON, MAGIC, LOS RAMBIS Y MURPHY.

“Si hay dos o más maneras de hacer algo y una de ellas puede resultar en una catástrofe, alguien se decidirá por esta». Se trata esta frase de una de las interpretaciones o parafraseo de la famosa Ley de Murphy. Se me vino a la mente mientras incrédulo, leía, uno de los últimos escándalos –por decir lo menos- de Los Ángeles Lakers.
No sé si será por la influencia de Hollywood, pero todo aquel que conozca los acontecimientos estará de acuerdo conmigo en que si todo esto no parece el guion de una película dramática, entonces no sé qué lo será.
Los Lakers, han pasado varios años ya, viviendo una de las peores rachas de su historia, lo que no es cosa menor cuando se trata de una de las franquicias deportivas más ganadoras del deporte.
Pero a pesar de lo dicho, en mi humilde opinión, ellos venían haciendo las cosas bien. Consiguiendo buenas selecciones en el draft y sobre todo, aumentando su espacio salarial para poder complementar todo ese talento joven con uno o dos agentes libres de jerarquía y vaya si lo hicieron, contrataron al mejor jugador de esta era (con permiso de Kevin Durant) Lebron James, trajeron algunos veteranos de calidad y con esto lograron hacer un equipo bastante competitivo. Pero entonces…

STAPLES CENTER, DE PABELLON DEPORTIVO A HOSPITAL DE LUJO.

Todo marchaba bien, con Lebron haciéndose cargo de las cosas, mejorando estadísticas a sus ya 34 años, la mezcla de jugadores jóvenes y veteranos se estaba amalgamando incluso mejor de lo esperado, marchaban cuartos en el Oeste (que ya es mucho decir) y aunque como era obvio tenían muchas lagunas y muchísimas cosas que mejorar pero, jugaban un buen Basquetbol, vistoso y sobre todo vertiginoso, imprimiendo siempre un alto de ritmo de juego, explotando los altos niveles de energía de su gran camada de talento joven.

Llega el día de navidad y Los Lakers enfrentaban a los Warriors. Le dieron una paliza al vigente campeón, pero la noticia del día era la lesión que había sufrido Lebron James y que a la postre termino siendo la lesión más larga de su carrera, termino perdiéndose 17 partidos, ya cuando pudo regresar, era muy tarde, toda aspiración estaba perdida. Se fueron suscitando una serie de lesiones que resultaron una verdadera plaga: Lonzo Ball por el resto de temporada, Kyle Kuzma, Brandon Ingram, Rajon Rondo, en algún momento Josh Hart y quizás me esté dejando nombres, pero basta con decir que de los jugadores que formaban la base del equipo, estuvieron lesionados por lo menos una vez TODOS, alguna veces varios, al mismo tiempo y así ya el barco no aguantaba más agua, tenía que hundirse irremediablemente. Aunque hubo una estocada, decisiva y mortal…

LA MANZANA DE LA TENTACIÓN, LA ESTOCADA FINAL.

Anthony Davis, jugador de 25 años de New Orleans Pelicans, pide ser traspasado a través de su portavoz y agente Rich Paul, quien es, a su vez: agente también de Lebron James además de íntimo amigo. ¿Coincidencia? Pues no lo sé, pero citando de nuevo a Murphy: “el pan siempre cae por el lado de la mantequilla”.
Lo cierto es que este hecho, más otras informaciones (muchas, como para volverse loco de verdad) apuntaban que la intención de Davis era recalar en Los Lakers. Ante todo este escenario, “Magic” Johnson, presidente de operaciones del equipo (en ese momento) además de ex jugador y leyenda viviente de los de oro y purpura y de la NBA, no tuvo una mejor idea que la de tirar la casa por la ventana o lo que sería lo mismo: de tirar por la borda todos los años de reestructuración y sacrificios por los que venía atravesando el equipo y con él en gran parte como capitán del barco desde el 2017, -si, ese mismo barco que ya contamos termino naufragando-, lo que hace todavía más difícil entender que llevo a Johnson a tomar esa serie de decisiones.

Pongámonos en contexto:

Anthony Davis pide el traspaso. Rich Paul es el que lo anuncia. Magic Johnson decide que tiene que mover ficha y hace esto: ofreció a Kyle Kuzma, Lonzo Ball, Brandon Ingram, Rajon Rondo, Lance Stephenson, Michael Beasley y dos selecciones de primera ronda.

Los Lakers recibían a Anthony Davis y a Solomon Hill.

A ver, Davis jamás en la vida, se mire por donde se mire, puede salir de un top five del mejor jugador de la NBA libra por libra, eso es un hecho y aunque los gustos son obviamente subjetivos, esto no debería tener más matiz que si lo pones de 3ro, 4to o 5to en dicho top. Esto puede que haga comprensible la decisión de Johnson, pero; ¿era realmente el momento de hacerlo? Era el momento de que te cargaras a tu núcleo de jugadores (súper talentos) jóvenes, de que los aniquilaras moral y anímicamente, cuando ya tendrían que estar teniendo suficiente lidiando con la ausencia de su líder y con sus propios problemas de lesiones ¿en serio, Magic? ¿Eso no era algo que podía esperar a esta temporada o incluso cuando el jugador entrara en la agencia libre? Quizás esta última no era una opción para un James ya con 36 años, pero 2de 3.

Y a todo esto súmenle el deseo casi sueño-compulsivo-enfermizo de Johnson por dar de baja a Luke Walton, quien era el entrenador y quien se había tragado las verdes para sacar adelante el proyecto del equipo y quien además a mi modo de entender esto, es uno de los entrenadores más talentosos e inteligentes de hoy en día.
Lo cierto es que Johnson termina dimitiendo del cargo (era lo menos que podía hacer) y de manera muy poco elegante en el modo y en la forma. No digo que no puedan ser verdad alguna de las cosas que alego o más que verdad, valederas. Como por ejemplo alegar que renunciaba porque no quería dañar la relación personal que tenía con Jeanie Buss (dueña del equipo) por el hecho de querer despedir a Walton quien estaba a su vez, plenamente avalado por Buss, lo que me lleva a pensar que Magic no tenía argumentos deportivos para querer despachar a Walton, no entiendo. Y con Lebron James manteniéndose al margen de todo esto (si, seguro).

De las declaraciones de Magic Johnson anunciando su dimisión se pueden analizar muchas cosas, muy interesantes, pero haría esto más largo de lo que ya esta siendo. De todo lo que dijo, voy a quedarme con esto, que voy a citar textualmente: “Vino LeBron y estábamos en la mitad del camino… creo que este verano con la otra estrella que llegue, la que traigan finalmente, este equipo estará en posición de competir por un título con los jugadores jóvenes que están creciendo tanto también” dijo Johnson. ¿Estará refiriéndose a los mismos jugadores jóvenes que quiso mandar a otro equipo sin miramientos? Rayos!!! Esto confunde.

Lo cierto es que a día de hoy, Los Lakers son un desastre que van hilando malas noticias con otras peores. Lebron criticando dura y abiertamente a Magic Johnson en su programa The Shop. Gente (Pat Riley) rechazando cargos como presidentes o GM, con Ty Lue diciendo que no cuando ya todo parecía que era un sí, los Lakers alegando que al final Lue no era el ideal para un proyecto a largo plazo. (¿Que locura es esta?) Resulta que ahora los que mandan en el equipo son Señor y Señora Rambis.

Y ya que hablamos del matrimonio Rambis, los seguidores de Los Lakers están preparando una manifestación que tendrá lugar en las afueras del Staples Center (si señores, tan lejos han llegado las cosas), por precisamente las “calamidades” de la directiva en los últimos años y las 2 primeras cabezas que quieren ver rodando es la de este señor y su señora, ya que entre otras cosas, se entiende que son los responsables directos de la NO llegada de Ty Lue al banquillo.

«No sabes qué parte del dominó va a caer ahora. Nada se da por sentado y nadie sabe qué demonios pasa ahora en Los Ángeles». Dijo Stephen A. Smith. La ley de Murphy amigo…